Mediado este mes de mayo –el
mejor del año para disfrutar del campo y la naturaleza en nuestras latitudes-
recibimos desde Lodosa la llamativa foto de un río Ebro en horas bajas como
nunca antes se había visto en estas fechas. La primavera seca después de un
invierno con pocas lluvias no ha llenado los acuíferos y ha mermado también
buena parte de la cosecha cerealista.
A la sequía hay que sumarle la
helada de finales de abril que ha arrasado más de la mitad de la cosecha de uva
afectando también a otros cultivos. El caso de la vid es el más preocupante
porque estamos en el tiempo en que se diferencian en los brotes las uvas del
año próximo. Una sola noche puede dar al traste dos años de trabajo.
Con este panorama celebramos las
gentes del campo el día del patrón madrileño. En Tierra Estella, la ribera se
lleva la palma en honores y festejos por San Isidro. Al subir hacia el norte la
fiesta se va tornando a la par que el carácter de la gente, más sobria, íntima
y seria, pero no triste. Algunos pueblos como Dicastillo o Arróniz todavía
procesionan al santo, aunque como admitía un agricultor de la villa sopicona,
la nomina de labradores es escasa y plagada de veteranos.
En Estella, ciudad comercial,
industrial y de servicios, la presencia de labradores ha sido siempre pobre
aunque desde antiguo dispuso de una organización como la hermandad de San
Isidro, vinculada curiosamente a la parroquia de San Juan, la más urbana de
todas. Sin muchos datos, Goñi Gaztambide habla de unas ordenanzas de 1830 y de
que pidieron misa y sermón los días 15 y 16 de mayo con asistencia de la junta
de cosecheros de la ciudad. La parroquia cedió a la petición, no se si de muy
buena gana ya que se reservó el derecho de colocar la bancada preferente, no
fuera a ser que le saliera en esos días otra celebración más importante que la
de los labradores. Por cierto, la citada bancada la habían de poner y quitar
los propios agricultores en el sitio indicado. Hubo en tiempos más antiguos
(1254) otra hermandad de hortelanos que seguía funcionando en 1354 aunque más
tarde se pierde su pista.
Hoy en día en Estella hay
personas que igualan e incluso superan a las salvajes de la guerra, como en
1815 cuando la ermita de Santa Bárbara quedó arruinada. En este lugar, a pesar de
todo, se sigue celebrando misa el 15 de mayo (antes se hacía también el día de
Santa Bárbara, el de la Cruz de mayo, San Gregorio, San Felipe y Santiago y
nueve días más de mayo).
Y así, entre algunos
sobresaltos, pasamos el 15 de mayo contemplando la apariencia engañosa de un
esplendoroso campo plagado de brotes que inundan de todos los verdes el
parduzco del invierno o las retamas gigantes que adornan del color del sol los
márgenes de la autovía. Parece imposible que este paisaje lleno de vida no vaya
a fructificar en abundantes cosechas. Pero es lo que hay y debemos esperar como
versa la jota; Que oficio el del sembrador tirar y tirar la mies enterrando la
esperanza y esperando el florecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario