Lerín y Amado Alonso 03/06/2016


Hace unos meses, de casualidad, me topé con Santiago Arellano y la Asociación de Profesores Amado Alonso en una excursión por Tierra Estella. A raíz de este encuentro fue como descubrí la figura de este personaje oriundo de Lerín que les traigo hoy a estas páginas; Amado Alonso.

En dos palabras podríamos definir a Amado Alonso como filólogo o lingüista, pero sería reducir mucho esta figura.
Vayamos primero a su origen, Lerín, donde nació en septiembre del año 1896. De su padre, Wenceslao Alonso, cuentan que fue el último lerinés en llevar boina roja hasta su muerte, como buen carlista que se precie. No es de extrañar por tanto la siguiente anécdota: el pintor Zuloaga lo inmortalizó a carboncillo en su obra “El viejo requeté”. Por eso se decía de él y puede ser cierto, que fue el voluntario requeté más longevo que participó en la guerra de 1936. El cuadro de Zuloaga se conserva hoy en una colección particular de Italia.
Volviendo a Amado Alonso, tras cursar las primeras letras en Lerín, estudió después en Pamplona, Vitoria y Madrid donde hizo Filosofía y Letras en la Universidad Central. Desde 1917 trabajó con Américo Castro y Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos, profundizado los estudios de fonética en Hamburgo (Alemania).
Entre 1924 y 1927 fue profesor de la célebre Institución Libre de Enseñanza y presentó su Tesis sobre las “Sonatas” de Valle Inclán. Pero el salto a la élite de las letras hispánicas lo hizo al tiempo de cruzar el océano para dirigir durante 20 años el Instituto de Filología de Buenos Aires. Allí, con un gran equipo de colaboradores publicaron obras fundamentales y fundaron en 1939 la Revista de Filología Hispánica del que se publicaron ocho volúmenes hasta que Amado Alonso se trasladó a Estados Unidos en 1946.
Profesor, investigador y conferenciante, recorrió universidades de América del norte y ocupó la cátedra Smith en la Universidad de Harvard. En esta universidad tenía discípulos muy fieles y entusiastas, pero no se sentía cómodo con el idioma inglés.
Tras grandes puestos y una meteórica carrera, le llegó la nostalgia de Buenos Aires, de España y de Lerín, claro está.
Pero, ¿qué queda en su tierra de Amado Alonso? Además de esta simpática asociación, una Fundación constituida por el Gobierno de Navarra, la Universidad Pública y el Ayuntamiento de Lerín, va sobreviviendo a los recortes en cultura y convocan anualmente (parece que no hubo en 2013) un Premio Internacional de Crítica Literaria.
Es el mínimo recuerdo para Amado Alonso, al que una terrible enfermedad le truncó la vida a los 56 años dejando iniciada la estilística científica en el mundo del habla hispana, tanto en su versión lingüística como literaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario