Un agrimensor era
antiguamente la persona dedicada a medir la superficie de los terrenos y
levantar los planos correspondientes. Hoy en día a estos profesionales les
solemos llamar topógrafos; cambios en el lenguaje, ya ven.
Nuestro personaje
de hoy se dedicó profesionalmente a este oficio. Les hablo de León Martínez de
Cabredo y Acedo, nacido de parto gemelar en Nazar (Berrueza) en 1811. Aunque no
aparece en los libros de historia, León Martínez de Cabredo fue un destacado
militar liberal en las guerras carlistas, varias veces condecorado y con
influencia, ya cuando estaba asentado en Madrid, en las diferentes elecciones a
Cortes.
El joven León,
tras una infancia discreta, se enroló con 22 años como voluntario en las filas
del ejército liberal, caso sin duda llamativo proviniendo de un entorno rural
de Tierra Estella. A veces, la realidad social es más compleja y variada de lo
que nos parece y no el total de la población rural apoyaba la causa carlista.
Durante la primera batalla de la guerra, la de Los Arcos en octubre de 1833, el
joven León ya tuvo alguna acción destacada porque ascendió cuatro puestos en el
escalafón militar, desde soldado hasta sargento. Su valía la volvió a demostrar
en la siguiente batalla, la de Nazar - Asarta en diciembre del mismo año, en la
que ascendió a subteniente y fue herido en una pierna. La meteórica carrera
militar la culminó cuando fue nombrado coronel.
En 1852 León
Martínez de Cabredo solicitó retiro porque se le había reabierto la herida
recibida en campaña. A partir de entonces se dedicó a trabajar como comisario
de montes de la provincia de Burgos (1844). El mismo oficio desempeñó en la
provincia de Huelva (1853) y en la de Cádiz (1854).
Su desahogada
posición económica (recibía un sueldo de 10.000 reales de vellón) le permitió
demostrar que aunque sus progenitores eran labradores, sus antepasados
empuñaron las armas en defensa del rey. Por eso encargó su ejecutoria de
nobleza que todavía se conserva. Su apellido Martínez procede de Burgos, del
pueblo de Rojas, donde en 1214 un antepasado de León Martínez tomó el castillo
a los moros. Después, al ocupar este mismo caballero la villa de Cabredo,
añadieron al apellido Martínez el nombre de esta localidad del alto Ega.
Además de la
ejecutoria de nobleza, de certificados y sueldos firmados por la reina Isabel
II y de una obra pía para agricultores pobres fundada en 1860, León Martínez de
Cabredo dejó a sus sobrinos -no se casó- otros legados interesantes. La
enciclopedia Madoz al completo: una obra imprescindible para cualquier estudio
de la geografía española con la primera descripción de pueblos y ciudades que
solo está disponible en el Archivo General y en la biblioteca de Tudela.
El otro legado es
un retrato de nuestro personaje que hace poco el profesor de la Universidad de
Navarra Ricardo Fernández Gracia atribuyó a un pintor gaditano. Parece que en
1845 el retratista Federico González Tave, cuyas obras principales se conservan
en el Museo del Prado, inmortalizó en Cádiz al comisario de montes de la
provincia: León Martínez de Cabredo, coronel militar, agrimensor, benefactor y
liberal de la Berrueza.
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