Acabo de hacer una inmersión
literaria e imaginativa en uno de los pueblos de la ribera estellesa: Cárcar.
Y es que la ópera prima de
Estela Chocarro “El próximo funeral será el tuyo”, tiene como escenario esta
villa bañada por el Ega. La protagonista de la novela, de singular apellido
carcarés (Turumbay), hace cercanos al lector muchos espacios locales y los
rodea de la intriga necesaria en el género negro, sin olvidarse de recoger
antiguas leyendas del pueblo. Por ejemplo, pocos conocerán que una de las
mujeres de Poncio Pilatos, el procurador romano de Judea en el año 26 de
nuestra era, era de Cárcar y para más señas se llamaba Claudia Procula, hija de
Liberto.
Chocarro cuenta también el
significado del refrán que recogió pero no explicó José María Iribarren en
Vocabulario navarro: “De Cárcar vino la perra a caballo en un mosquito”. Parece
que cuando murió la reina doña Blanca no conseguían encontrar el cadáver y el
perro que lo halló debía ser de Cárcar, aunque no veamos que el mosquito tenga
un papel relevante en esta anécdota en la que tampoco consta la pérdida de la
difunta.
El caso es que Cárcar se nos
presenta novelado y así nos interesamos por su rica historia desde el tiempo en
que se situaba la frontera el reino de Pamplona allá por el siglo X y fue
quemado por Abderramán. La misma suerte corrió por culpa del reino de Castilla
tres siglos después. También tuvo su papel en las guerras carlistas al ser
fortificado por los liberales, que instalaron un telégrafo óptico. Y en Cárcar
hubo desde antiguo un importante hospital al servicio social de pobres,
transeúntes e instrucción de niños que se mantuvo activo hasta tiempos
recientes.
Volviendo a la novela, ésta se
adentra en sus calles, plazas, en el paraje de El Raso, en la Cañada Real, en
las cuevas y acantilados sobre el Ega y por supuesto en la rica iglesia de San
Miguel donde el barroco churrigueresco de columnas, querubines y follajes se
hace fastuoso y rico, de los mejores ejemplos de este estilo en Navarra.
El libro de Estela Chocarro
muestra ciertos parecidos con recientes sagas policíacas ubicadas en Navarra,
tanto en la trama como en sus personajes: un crimen, protagonista femenina,
investigación a cargo de la Policía Foral... Pero esto no le quita ningún
valor, sino que destaca la reivindicación que para el cine y la literatura,
pero sobre todo para el turismo, hace de un pueblo de la ribera en
contraposición al típico verdor y paisaje montañoso de los valles pirenaicos.
Porque Cárcar deja claro en la novela que su clima saludable, su aire limpio y
la posibilidad de conocer otro modo de vida –como hace la protagonista- pueden
ser una alternativa vacacional o de fin de semana perfectamente válida. Seguro
que el éxito del libro contribuye a ello.
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