Cárcar de novela 27/02/15

Acabo de hacer una inmersión literaria e imaginativa en uno de los pueblos de la ribera estellesa: Cárcar.

Y es que la ópera prima de Estela Chocarro “El próximo funeral será el tuyo”, tiene como escenario esta villa bañada por el Ega. La protagonista de la novela, de singular apellido carcarés (Turumbay), hace cercanos al lector muchos espacios locales y los rodea de la intriga necesaria en el género negro, sin olvidarse de recoger antiguas leyendas del pueblo. Por ejemplo, pocos conocerán que una de las mujeres de Poncio Pilatos, el procurador romano de Judea en el año 26 de nuestra era, era de Cárcar y para más señas se llamaba Claudia Procula, hija de Liberto.
Chocarro cuenta también el significado del refrán que recogió pero no explicó José María Iribarren en Vocabulario navarro: “De Cárcar vino la perra a caballo en un mosquito”. Parece que cuando murió la reina doña Blanca no conseguían encontrar el cadáver y el perro que lo halló debía ser de Cárcar, aunque no veamos que el mosquito tenga un papel relevante en esta anécdota en la que tampoco consta la pérdida de la difunta.
El caso es que Cárcar se nos presenta novelado y así nos interesamos por su rica historia desde el tiempo en que se situaba la frontera el reino de Pamplona allá por el siglo X y fue quemado por Abderramán. La misma suerte corrió por culpa del reino de Castilla tres siglos después. También tuvo su papel en las guerras carlistas al ser fortificado por los liberales, que instalaron un telégrafo óptico. Y en Cárcar hubo desde antiguo un importante hospital al servicio social de pobres, transeúntes e instrucción de niños que se mantuvo activo hasta tiempos recientes.
Volviendo a la novela, ésta se adentra en sus calles, plazas, en el paraje de El Raso, en la Cañada Real, en las cuevas y acantilados sobre el Ega y por supuesto en la rica iglesia de San Miguel donde el barroco churrigueresco de columnas, querubines y follajes se hace fastuoso y rico, de los mejores ejemplos de este estilo en Navarra.

El libro de Estela Chocarro muestra ciertos parecidos con recientes sagas policíacas ubicadas en Navarra, tanto en la trama como en sus personajes: un crimen, protagonista femenina, investigación a cargo de la Policía Foral... Pero esto no le quita ningún valor, sino que destaca la reivindicación que para el cine y la literatura, pero sobre todo para el turismo, hace de un pueblo de la ribera en contraposición al típico verdor y paisaje montañoso de los valles pirenaicos. Porque Cárcar deja claro en la novela que su clima saludable, su aire limpio y la posibilidad de conocer otro modo de vida –como hace la protagonista- pueden ser una alternativa vacacional o de fin de semana perfectamente válida. Seguro que el éxito del libro contribuye a ello.

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