La Galzarra 24/05/13



Pasear por La Galzarra es una de las actividades preferidas por vecinos y visitantes de Cirauqui desde que con acierto se recuperó este bello paraje que circunda la colina donde se levanta la villa. Desde aquí contemplamos el puente romano, la sierra de Montesquinza y los altos de Guirguillano. Pero La Galzarra, hoy pacífica y tranquila, fue testigo de uno de los hechos mas trágicos y desconocidos de la última guerra carlista en Tierra Estella.

    Cirauqui siempre fue un pueblo muy carlista, como refleja el resultado de las elecciones a Cortes de 1869: ganaron los tradicionalistas con 263 votos frente a los 34 del partido liberal. Sin embargo, la realidad social de la villa debía ser más compleja y parece que no todos los liberales acudieron a las urnas, ya que al poco tiempo se formó un grupo de 62 voluntarios de la Libertad, que después se llamaron voluntarios de la República.  

    Desde el comienzo de la guerra, a finales de 1872, el general carlista Dorregaray quiso tomar Cirauqui, pero los voluntarios con el alcalde a la cabeza, Joaquín Iriarte, se enfrentaron al general con éxito. Y así durante los meses siguientes hasta que tras la toma de Puente la Reina, el 12 de julio, y asediados por los carlistas, los 62 voluntarios de la República tuvieron que encerrarse en un fuerte alrededor de la iglesia. Dorregaray prometió respeto de sus vidas si se rendían. Los voluntarios se negaron en primera instancia, pero después de un severo ataque que incendió la fortificación y de que sus esposas, madres e hijas intentaran disuadirlos,  sometieron a votación su propósito, el 13 de julio: 32 optaron por rendirse y 30 por morir quemados. Cumpliendo con la mayoría, los voluntarios salieron de su encierro. El general carlista les había prometido una guardia de confianza, pero una hora después de la rendición un gran gentío mató impunemente a 36 de ellos a tiros y golpes de bayoneta.
    Como homenaje a estos infortunados, el ayuntamiento de Pamplona designado a raíz de la proclamación de la I República, acordó cambiar el nombre de la calle San Antón por el de “Mártires de Cirauqui”. Hoy, ya ni siquiera esta calle los recuerda.

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