Este año los peregrinos que caminan hacia
Santiago de Compostela son muy numerosos: el albergue municipal de Estella ha
recibido varios centenares más de personas que el año pasado para estas mismas
fechas y en Los Arcos y otros pueblos de la zona hay muchos días en los que
faltan plazas donde dormir. Con el aumento de peregrinos surgen también algunas
novedades en la ruta.
Me
llama la atención un nuevo oficio de ayuda al caminante, el guía. Se trata de
una persona que hace de lanzadera para el peregrino, a la que también se le
puede llamar entrenador personal. Este guía te organiza la ruta, te da consejos
e información práctica y lo que es más curioso, te acompaña en las primeras
etapas. La iniciativa tiene éxito y los peregrinos norteamericanos son los que
más demandan este servicio ofrecido por su compatriota Nancy Reynolds. Y es que
en este 2013 se han multiplicado los caminantes estadounidenses, atraídos por
el éxito de la película “The Way” –El Camino- que protagoniza Martín Sheen.
Otra iniciativa más cercana es la que sugieren desde Codés. Al llegar a
Los Arcos, un folleto invita al peregrino a tomarse un descanso en la marcha.
La propuesta es retirarse al santuario de Codés –un sitio inmejorable para
reposar- o si se quiere, visitar el resto del valle en una excursión. Durante
un día se recorre San Gregorio, Torralba, el Monasterio de Azuelo y Aguilar. La
invención es loable porque este valle ha quedado injustamente retirado de las
rutas turísticas.
Sin embargo, el folleto habla de un camino que partía desde Irache e iba
por San Gregorio y Codés hasta Nájera, y lo llama primitivo. La verdad es que
en la edad media no había un único camino como ahora, sino que la zona de paso
variaba no pocos kilómetros hacia el norte o el sur. No seré yo quien entre en
una discusión sobre la primitiva ruta porque el Gobierno de Navarra ya definió
claramente cual es el Camino en el Decreto Foral 290/1988. Dar otra información
al peregrino es generar una confusión innecesaria.
Hay que cuidar hasta el mínimo detalle de todo
lo que ocurre en el Camino puesto que el flujo de peregrinos se ha convertido
en una importante inyección económica para Tierra Estella. Además, la ruta es
un escaparate cultural y social de nuestros pueblos al resto del mundo. Por eso
las autoridades forales y municipales -son responsables de ello- deben poner
especial celo y atención para evitar cualquier abuso. Baste como ejemplo
modificaciones en la tarifa de algunos taxis o lo que es más grave, casas que ejercen
actividades hosteleras al margen de cualquier regulación legal. Ni el Camino ni
Tierra Estella lo merecen.
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