Barbarin enciclopédico 09/02/2018


Muchas veces la gente se pregunta cuál será su trascendencia en el mundo una vez que ya no estemos. Hay variadas respuestas comunes como una empresa, un árbol, un libro o la descendencia familiar donde seremos más o menos recordados. En el caso de un libro puede ocurrir que, por su importancia, trascienda la propia obra al autor. Algo así se ha preguntado el filósofo Luis López de Dicastillo Gorricho con su recién publicado libro sobre Barbarin, el pueblo que le vio nacer hace ya unos cuantos años. Él mismo me lo confesó hace unos meses: Si no lo hago yo ahora, ¿quién estará interesado en hacerlo en un futuro?


Efectivamente, nunca sabemos qué puede deparar el futuro y si un pueblo pequeño como Barbarin va a despertar el interés de historiadores o cronistas, pero será difícil ponerle tanto empeño, trabajo y dedicación como Luis. No hay más que ver el resultado: un tomo enciclopédico donde se cuenta al detalle la historia de sus gentes desde la más remota antigüedad hasta su última regidora.
Por supuesto que Barbarin tiene mucho que contar y varias de sus historias son auténticas novelas. Así, es curiosa la narración de cómo se encontraron en su término unas aras romanas. Se juntaron varios factores. Primero que los romanos se instalaran allí en el siglo II a.C., claro está. Pero después de más de 2000 años, en 1919, tenemos por un lado la filoxera –plaga que arrasó todo el viñedo en Navarra- y después la plantación de nuevas viñas. Precisamente en las labores de plantado de una viña en el término de San Jorge fue donde se encontraron las aras, en una finca de Eugenia Vélaz. La casualidad quiso que en casa de Eugenia Vélaz estuviera de pupilo el abad, Regino Arbizu, erudito, estudioso y amante de la historia. La intervención de Regino Arbizu fue determinante en la recuperación de las aras.
Otra historia que nos aclara el libro es la de las brujas de Barbarin, de las que la tradición popular decía que incluso habían condenado y quemado una en el propio pueblo. Todo viene, sin embargo, de una simple denuncia entre vecinas ocurrida en 1576: Juana López denunció a Juana Díez porque ésta andaba murmurando que era bruja.
Sonados fueron también los hechos en torno al Estatuto Vasco en la época de la Segunda República. El mito nacionalista puso a Barbarin como ejemplo de lo sucedido en otros pueblos para explicar –siempre como víctimas- la derrota estatutaria en Navarra. Decían que el representante de Barbarin votó en contra del Estatuto desoyendo al pleno que se había mostrado favorable. Nada más lejos de la realidad. El alcalde de Barbarin, Pablo Morrás, en ningún momento incumplió lo acordado por el pleno sino que siguió la postura mayoritaria del Ayuntamiento en el que había un único concejal nacionalista.
En el libro también hay espacio para personajes ilustres que ha dado Barbarin como Facundo Goñi López de Dicastillo, escritor, conferenciante, diputado a Cortes por la merindad de Estella en 1853, diplomático y embajador en Estados Unidos.
Sólo nos queda desear lo que nunca se persigue con estas publicaciones –un éxito de ventas- pero sobre todo lo que queremos son imitadores, muchos imitadores de Luis López de Dicastillo que hagan monografías de sus pueblos para que, como Barbarin, otras localidades estén de enhorabuena.
 

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