Rebuznos de alcalde 15/05/2015


Nos cuenta el Quijote que en una ocasión camino de Zaragoza, siendo testigo el famoso hidalgo de la Mancha, se perdió un burro en el monte en la zona donde mugaban dos municipios. Pasados quince días desde que el asno faltara, salieron en su búsqueda los alcaldes de los dos pueblos. Como el monte era muy grande, resolvieron los mandatarios comenzar a rebuznar para que el pollino respondiera o apareciera al escuchar su propio “idioma”. Pero no tuvieron suerte y el burro apareció muerto. A pesar del triste final, los regidores quedaron satisfechos por el buen trabajo realizado y durante muchos años se dijo en toda la comarca: No rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde.

    Pues bien, andan esta temporada los primeros ediles -o los aspirantes a ello- muy ocupados y preocupados en buscar los votos –que no los burros- para las próximas elecciones. Y para ello no dudan en emplear un lenguaje y propuestas cercanas a los ciudadanos. Otra cosa bien distinta es que éstos les respondan con su voto en las urnas, porque podrían estar bien los lemas, propuestas y principios si no los dejaran aparcados a las primeras de cambio. Por ejemplo, algo muy repetido en todos ellos es que quieren trabajar por el pueblo aunque quizá después ponen más ahínco en trabajar por amigos, familiares o conocidos, que por supuesto son también pueblo. Luego están los sueldos y dietas que ganan al trabajar por el pueblo, alguna que otra suculenta comida y otras prebendas. Y es que parece que los sueldos han terminado con el servicio y la entrega desinteresada al ciudadano para convertir a nuestros representantes en meros empleados o funcionarios sin opositar de pueblos en los que apenas viven unas decenas de personas. Cosas como estas también alejan a la clase política de los ciudadanos y no hace falta irse a los gobiernos de Pamplona o Madrid para verlo.
    Cuando el municipio es más grande no crean que hay mucha originalidad en los mensajes para la búsqueda del voto. Hace unos lustros eran los ciclos de 0 a 3 años, polideportivos, piscinas, polígonos o suelo industrial, centros culturales y otras infraestructuras, que no dijeron –o no pensaron- cómo iban a pagar y dejaron las arcas vacías. Más llamativo es el atrevimiento –como en Ayegui- a impulsar un colegio nuevo cuando disponen de uno concertado en el propio municipio y otro público a menos de un kilómetro. Porque habas contadas es el hacerlo pero cosa bien distinta el mantenerlo.
    Algo debe de tener el poder municipal o a pequeña escala porque la mayor parte de los responsables de los ayuntamientos se siguen negando rotundamente a cualquier fusión del mapa local, algo que a la postre beneficiaría al contribuyente si aplicaran las sinergias que saltan a la vista tan sólo en sueldos públicos y número de ediles perfectamente prescindibles.
    En fin, seguiremos dejando que nos hagan propuestas de cambio para que nada cambie –fíjense en la regeneración de los cabezas de lista en Estella-, aunque muchas veces lo pasado y lo que está por venir nos parezcan rebuznos quijotescos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario