De Irache a Dicastillo 23/05/14

Por todos es conocido que al terminar la primera Guerra Carlista, en 1839, se aplicó en Navarra el decreto desamortizador de Mendizábal y monjes como los de Irache tuvieron que abandonar el monasterio. Pero, ¿cuál fue el destino de aquellos hombres obligados a dejar su casa? ¿Qué modo de vida les esperaba fuera de los muros de la abadía?

En el caso de Irache, una vez disuelta la comunidad, varios monjes se refugiaron en el cercano Ayegui, como fue el caso de Manuel García. Había sido lego de la antigua comunidad; después cillero (encargado de la despensa); mas tarde se ordenó, estudió en la Universidad del monasterio y después, a pesar de los hábitos, fue voluntario de don Carlos en la guerra donde le dejaron tuerto del ojo derecho. Tras el cierre de la abadía quedó como vicario de Ayegui. A él y a su encendido celo en la defensa del abandonado monasterio, para lo cual no dudó en volver a empuñar las armas, le debemos –creo que todavía le espera un reconocimiento oficial- la conservación de los edificios, la salvación del expolio de su rica biblioteca y el posterior uso del monasterio como hospital.

Otros monjes de Irache buscaron la serena protección de la parroquia de Dicastillo donde fueron bien acogidos, ya que les conocían por las antiguas posesiones que tenían en esta villa. Lo que no podían imaginar aquellos frailes es que al poco de llegar a Dicastillo, el 15 de octubre de 1839 el pueblo iba a ser saqueado y su iglesia incendiada y reducido a cenizas todo su mobiliario en el último acto de la guerra. Aquella pira fue el motivo por el que, con el permiso de la autoridad, los efectos del monasterio desamortizado fueran cedidos a la parroquia de Dicastillo para vestir sus destrozadas naves. Y así, en 1843, junto con cinco retablos y varios ornamentos llegó también la joya del monasterio, la Virgen de Irache, para regocijo de los vecinos y de los ex-monjes que ya se sintieron como en su propia casa.
Desde entonces, devotos de la Virgen de Irache visitan en Dicastillo esta valiosa imagen, una de las mejores tallas marianas románicas de Europa. No es exageración porque el trabajo en plata es impresionante. En la parte trasera destaca el manto con un bello nudo que cae sobre la espalda a modo de coleta. Para contemplar esto, la imagen está preparada con un curioso mecanismo giratorio.

Cuando los escolapios se hicieron cargo y vivieron en el monasterio de Irache (1877-1982), instauraron una romería o visita oficial a la Virgen en Dicastillo y cada año cruzaban los riscos de Montejurra el último domingo de mayo. El próximo domingo 25 de mayo los Amigos de Irache evocarán aquel recorrido y por senderos floridos que recorrieron antaño monjes exclaustrados, estudiantes escolapios, devotos de Ayegui o amigos del arte, llegarán a Dicastillo, harán una ofrenda a la Virgen y escucharán la jota que los vecinos dedican a la famosa y legendaria talla de Irache: “No te enfades Virgencica cuando a la de Nievas rezo. Cuando llegaste de Irache, ella ya estaba en mi pueblo”.


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